martes, 17 de noviembre de 2009

Cuidados paternales

El ser humano, aunque tiene un cerebro grande, requiere, sin embargo, un periodo prolongado de desarrollo posterior al nacimiento y durante su primera infancia ya que su cerebro tarda bastante tiempo en madurar. Dado que el cerebro del australopitecino no era mucho mayor que el de un chimpancé, algunos científicos piensan que los homínidos primitivos tenían una velocidad de crecimiento más parecida a la de los simios y mucho más rápida que la del hombre moderno. Esta hipótesis está apoyada por estudios de fósiles de australopitecino en los que se ha analizado el desarrollo de la dentición —buen indicador del desarrollo general del cuerpo.
Además, el cerebro humano va aumentando a medida que el feto se va desarrollando, de forma que la mujer debe dar a luz en una fase temprana del desarrollo del bebé para que su cabeza pueda pasar por su conducto pélvico. Así, los bebés humanos requieren un largo periodo de cuidados hasta alcanzar una fase de desarrollo a partir de la cual ya reducen la dependencia de sus padres. Al contrario de lo que ocurre con la mujer moderna, la australopitecina podía dar a luz a un bebé en una fase avanzada de desarrollo porque su cráneo podía pasar perfectamente por su conducto pélvico. La necesidad de dar a luz en una fase temprana del desarrollo del feto —lo que requiere un periodo posterior prolongado de cuidados al recién nacido— puede haberse iniciado hacia la época del Homo medio con la especie Homo ergaster que tenía un cerebro claramente mayor que el de los australopitecinos y un conducto pélvico estrecho.

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