martes, 24 de noviembre de 2009

El pensamiento simbólico: lenguaje, arte y religión


La evolución de la conducta cultural está directamente relacionada con el desarrollo del cerebro humano y en especial de la corteza cerebral, la parte del cerebro que hace posible el pensamiento abstracto, las creencias y la expresión a través del lenguaje. Los seres humanos se comunican mediante símbolos, referencias a objetos, ideas y pensamientos que transmiten un significado y que no tiene por qué tener relación formal con el símbolo. Por ejemplo, una palabra —un tipo de símbolo— por lo general no está directamente relacionada con el objeto o la idea que representa, es un concepto abstracto. El mundo de habla hispana utiliza el término león para referirse a un determinado animal, pero no porque este felino se parezca a las letras l-e-ó-n, sino porque estos símbolos juntos tienen un significado establecido y aceptado por nuestra cultura.
El ser humano también puede pintar cuadros abstractos o interpretar piezas de música que evoquen emociones o ideas, aunque las emociones o las ideas no tengan forma o sonido. Además, puede imaginar o creer en seres o poderes sobrenaturales —conceptos abstractos que simbolizan sucesos del mundo real tales como la creación de la Tierra, el Universo, el tiempo o la curación de los enfermos. Así, el pensamiento simbólico se encuentra en el corazón de las tres características claves de la cultura humana moderna: el lenguaje, el arte y la religión.

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