martes, 17 de noviembre de 2009

reflexiones genetica


Fósiles y genes
La interpretación de fósiles parecía incapaz de zanjar el asunto definitivamente, así que algunos investigadores adoptaron, hace diez años, una táctica diferente: examinar la variación genética de humanos modernos para descubrir detalles de nuestra ascendencia. Los resultados de este enfoque apuntaban a que toda la humanidad actual desciende de un antepasado común africano, relativamente reciente. En esos trabajos se analizó el ADN de la mitocondria (órgano de la célula fuera del núcleo) de diferentes poblaciones actuales.Para zanjar la cuestión había que analizar el material genético neandertal y ver si- era suficientemente diferente del ADN de todos los humanos actuales como para, descartar una descendencia evolutiva.
Aquí es donde entra en juego el trabajo publicado hoy en la revista, Cell. En un proyecto del Rheinisches Landsmuseum de Bonn (Alemania), dirigido por Ralf W. Schimtz, se permitió a los investigadores buscar y extraer ADN mitocondrial de uno de los tesoros más preciados del museo, los fósiles originales del hombre de neandertal, descubiertos cerca de Düsseldorf, en 1856. Estos restos son neandertales por definición, aunque nadie conoce con seguridad su antigüedad.
El análisis de Pääbo (del Instituto Zoológico de la Universidad de Münich) y sus colegas indica que la humanidad moderna y los neandertal se separaron genéticamente hace ya 600.000 años para no volver a encontrarse jamás. Los investigadores descubrieron ADN de un hueso de neandertal que, aunque parecía humano, permanecía bastante al margen de la variación humana actual. Pääbo hace, hincapié en que los investigadores sólo han analizado hasta ahora un gen. Los investigadores han hecho un exquisito trabajo de laboratorio para descartar la contaminación de las muestras con cualquier resto de ADN moderno que pudiera confundir los resultados.
Para estar mas seguros enviaron un fragmento de los fósiles a Mark Stoncking, un experto en la materia, quien confirmó el trabajo de los alemanes en su laboratorio de la Universidad de Pennsylvania (EE UU).

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